martes, 7 de febrero de 2012

El mes de la amistad...


...¡Si, hombre!... Mientras tanto estoy escribiendo en carrera contra el tiempo, antes que la computadora me suelte la advertencia seca de que la batería estará a punto de echar el resto, tipeo nervioso intentando que me salga una idea buena para cualquiera de mis blogs.

Tuve varias a lo largo de estas semanas, pero desde que una de mis hijas descubrió las bondades de la computadora como reproductor de dividís, tengo ahora que pedirle cita para mi aparato, y al final me dejaron el repele: Algo parecido al agua caliente de la ducha.

Pero mientras tanto, es bueno recordar que estamos en el mes que han tildado del amor... Luego le aparejaron la “amistad”, coleada imagino que por el temor que la gente le ha tomado a comprometerse a largo plazo.

Tal como nos solía suceder en nuestros tiempos de adolescentes, cuando las pretendidas nos mareaban con el rap de la amistad; que si era más fuerte que el amor, que duraba más y toda aquella retórica hueca para mandarnos a paseo, sin que les doliera demasiado la conciencia, mientras esperaban por el galán de turno, ese mismo que ahora es un fofo pelón que nunca logró mayor cosa en la vida...

Si, febrero le empujan ese mote cursilísimo, que se pone peor en el hemisferio norte con su afán mercantilista lleno de tarjetas, regalos y recordatorios. Ahí si que es forzoso hacer regalos aún cuando se trate solo de una amistad. En nuestra tierra pocas veces se regala y solo las telefónicas parecen recordarlo en su actividad promocional.

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